Su causa
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Oraciones
Oración para pedir la beatificación de Francisco Valdés Subercaseaux
Tú que prometiste a los humildes que serán ensalzados,
y a los que enseñan la justicia
que brillarán como estrellas en la eternidad,
dígnate glorificar a tu siervo,
Monseñor Francisco Valdés Subercaseaux,
y hacer resplandecer su nombre entre los de tus santos.
Te pedimos, Señor, que tus gracias se multipliquen
a favor de tus fieles que te imploran,
recordándote las virtudes que él practicó sobre la tierra.
Haz que podamos así ver un día
a la Santa Iglesia honrar su memoria
y darnos en él un nuevo modelo que imitar,
un protector más que nos asiste
en nuestros trabajos y dolores,
y que nos ayude a llegar a la patria Celestial.
Amén.
Oración de intercesión
Señor Jesús,
tu hermano Francisco Valdés
fue pobre y humilde.
Lloró con el que sufre.
Fue manso.
Tuvo hambre y sed de justicia.
Fue misericordioso
y limpio de corazón.
Sembró la paz
y fue perseguido por tu causa.
Señor, dígnate glorificarlo en la Iglesia
y hacerlo resplandecer
con María, nuestra Madre,
entre los santos del cielo.
Por su intercesión,
danos la gracia que te pedimos... (pídase).
Amén.
Oración por la paz en la Araucanía
Reina de la Paz,
por intercesión del Venerable Francisco Valdés,
te pedimos que nos guíes, a autoridades y ciudadanos todos,
para conducirnos al encuentro de una paz verdadera,
en especial en la región de la Araucanía.
Pues, tal como el padre Pancho lo decía:
“…asegurar esa paz en nuestra nación,
es lo que garantiza la seguridad para un porvenir
más humano y cristiano.”
Amén.
Oración del Migrante
Viajar hacia Ti, Señor, eso es vivir.
Partir es un poco morir.
Llegar nunca es llegar definitivo hasta descansar en Ti.
Tú, Señor, conociste la migración
y la hiciste presente a todo hombre que comprende qué es vivir
y quiere llegar seguro al puerto de la vida.
Tú sacaste de su tierra a Abraham, padre de todos los creyentes.
Tú recordaste cuáles eran los caminos para llegar a Ti,
por los profetas y los apóstoles.
Tú mismo te hiciste migrante del cielo a la tierra
en el seno de tu Madre apenas concebido,
en tu precipitada fuga a Egipto,
por los caminos, sembrando el Evangelio, multiplicando el pan,
sanando los enfermos y regresando al Padre en tu ascensión.
Concédenos fe inconmovible, esperanza confiada y alegre,
caridad ardiente y generosa, para emigrar con paz en el alma
y llegar hasta Ti cada día y el último día.
Amén.
(Monseñor Francisco Valdés)